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Cantabria

Autorizadas las visitas a residencias con cita previa, un familiar por residente y tiempo limitado

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El Gobierno de Cantabria ha publicado hoy el protocolo de desescalada para las residencias de personas mayores y con discapacidad que permitirá la visita de familiares, reanudar las actividades grupales y los nuevos ingresos, siempre que se cumplan rigurosas medidas de protección frente a la COVID-19.

 

El documento, que ha sido elaborado por las Consejerías de Empleo y Políticas Sociales y de Sanidad teniendo en cuenta las aportaciones realizadas por los propios centros a través de las entidades más representativas del sector (FED, LARES, CERMI, Obra San Martín, etc.), propone una serie de medidas de desescalada encaminadas a "facilitar la sociabilización y la actividad física y cognitiva de los residentes".

También contempla la reapertura de los Centros de Día, para lo cual deberán de presentar previamente un Plan de Acción que fije el aforo máximo que permita guardar la distancia de seguridad de dos metros y un estudio de las necesidades de apoyo de cada usuario.

La Consejera de Empleo y Políticas Sociales, Ana Belén Álvarez, ha sostenido que Cantabria se encuentra en una "posición razonable" para ir tomando medidas en este sentido y ha defendido "la necesidad de garantizar el bienestar emocional de las personas dependientes permitiendo las visitas de sus familiares".

"Los profesionales de las residencias han hecho una labor encomiable, se han volcado con los mayores y las personas con discapacidad, realizando en estos dos meses un sobreesfuerzo no solo para garantizar sus cuidados básicos, sino también para suplir las carencias de afecto de sus familiares. En las condiciones actuales, ha llegado el momento que todos estábamos deseando de poder reabrir los centros y que se produzcan los reencuentros", ha manifestado Álvarez.

Aunque se ha mostrado convencida de que los familiares van a ser conscientes de la importancia que tiene seguir las normas establecidas "al pie de la letra" para no poner en peligro a sus seres queridos, la consejera ha hecho un llamamiento a "no bajar la guardia", porque "el riesgo cero no existe". Al hilo de esto, también ha pedido "un poco de comprensión y paciencia" con los centros, que "seguramente recibirán una avalancha de solicitudes que tendrán que ir respondiendo de forma escalonada".

Según la resolución publicada hoy en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) por la Consejería de Empleo y Políticas Sociales, en las residencias se permitirá una visita de un único familiar por residente, "siempre con cita previa y por tiempo limitado".

A la hora de permitir estos encuentros, la prioridad del Gobierno es evitar los posibles contagios circulares residente-visitante-residente. Para ello, cada centro establecerá una vía de acceso y un circuito seguro que minimice el riesgo de contacto con el resto de residentes y trabajadores, y organizará una agenda con un número máximo de visitas diarias en función de su aforo y horario.

La presencia del familiar se hará extremando las medidas de preocupación: estarán obligados a realizar lavado de manos antes y después de acceder a la residencia, a utilizar una mascarilla que deberán abrir en presencia del personal y a dejar sus complementos o ropa de abrigo en una bolsa cerrada a la entrada. Previamente, habrán de rellenar una declaración responsable confirmando que no presentan sintomatología compatible con el COVID.

Además, el centro deberá disponer de un sistema de limpieza de calzado en el acceso y mantendrá un registro de visitas con recogida de datos para poder alertar y actuar en caso de un posible contagio. No estará permitido introducir comida u objetos del exterior, y no se entregará ropa a los residentes hasta que no sea desinfectada en las instalaciones del centro.

Las estancias y el mobiliario se desinfectarán tras cada visita, y cuando sea posible estas se realizarán en espacios exteriores.

La consejera de Políticas Sociales ha anunciado que dentro del desescalamiento en los centros residenciales se permitirá que aquellas personas que estén en una precaria situación de salud, ya sea por COVID-19 o cualquier otra enfermedad, tengan garantizado el acompañamiento en sus últimos días.

En este caso, los residentes en aislamiento deberán permanecer preferentemente en una habitación individual y, una vez en el interior, el visitante no podrá abandonarla durante toda la visita, manteniendo la distancia de al menos 2 metros con los trabajadores que pudiesen entrar o permanecer en la misma.

En cuanto a los nuevos ingresos y el retorno de las personas residentes que de forma voluntaria y temporal decidieron trasladarse a domicilios particulares con motivo de la declaración del estado de alarma, deberán someterse a la prueba diagnóstica PCR, solicitándola a través de su Centro de Salud, y permanecerán en periodo de vigilancia al menos durante 15 días.

Además, para nuevas altas el centro residencial no debe haber presentado nuevos casos positivos confirmados (tanto de resientes como de profesionales) al menos en los 15 días previos al ingreso. Cuando la estructura del centro lo permita, este requisito puede entenderse como referido en cada planta o zona de agrupación de residentes atendidos por los mismos profesionales.

En todo caso, el ritmo de ingresos se realizará en función de la capacidad de aislamiento que tenga cada centro, que deberá garantizar al menos una capacidad de aislamiento del 10% de plazas al efecto de poder dar respuesta ágil y segura a situaciones de personas usuarias que requieran ser aisladas del resto de residentes.

Respecto a las actividades grupales deberán realizarse en espacios comunes o espacios abiertos privados, manteniendo en todo caso la distancia interpersonal de seguridad y extremando el cumplimiento de las medidas de higiene. También se permite reanudar los servicios de peluquería y podología, siempre con cita previa y garantizándose la limpieza desinfectante de utensilios y superficies después de cada uso.

Para actividades en el exterior, los residentes podrían hacer uso del es­pacio público en caso de que el ayuntamiento correspondiente haya establecido un perímetro de seguridad alrededor del centro.

La resolución también contempla la apertura de los Centros de Día, para lo cual deberán elaborar y trasladar a la Consejería de Empleo y Políticas Sociales un Plan de Acción detallado que incluya, entre otras cuestiones, el aforo máximo compatible con la exigencia de distanciamiento social y un estudio de la situación y necesidad de apoyos de todas y cada una de las personas usuarias, en el que se determine si precisan de la presencia física en el centro o si podrían recibir el servicio en el domicilio combinando esta atención presencial con apoyos y seguimientos telemáticos.

En este sentido, Ana Belén Álvarez ha indicado que la incorporación de las personas usuarias deberá ser de forma programada y paulatina, atendiendo a criterios de necesidad social, gravedad, vulnerabilidad y grado y nivel de dependencia, "priorizando los casos más graves y con mayor necesidad".

En cuanto a los trabajadores, se realizará un test de coronavirus a todos y, en la medida de lo posible, cada uno de ellos se ocupará siempre de los mismos usuarios, evitando realizar rotaciones en su cuidado. Las personas usuarias con reserva de plaza podrán retornar al centro una vez éste tenga autorizado su Plan de Acción a partir del 1 de junio y habiendo obtenido resultado negativo tras la realización de prueba diagnóstica de coronavirus con tres días de antelación como máximo.

Para la entrada al Centro se exigirá siempre la utilización de mascarilla y se asegurará la desinfección del calzado en el exterior, mientras que la realización de las actividades se organizará en grupos de no más de siete personas. En el comedor también deberá guardarse la distancia de seguridad de dos metros y se utilizarán manteles y servilletas desechables.