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Torrelavega

Cruz Roja desarrolla un programa de empleo juvenil para lo que Europa clasifica como “ninis auténticos”

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Jóvenes entre los 18 y 30 años, que ni trabajan ni estudian, en muchos casos sin haber completado los estudios obligatorios, que no tienen experiencia laboral adaptada a los requerimientos actuales del mercado de trabajo, desmotivados y sin expectativas de futuro... Jóvenes a los que estas circunstancias les colocan en riesgo de exclusión social y que Europa clasifica como "ninis auténticos". A ellos se dirige el Programa Operativo de Empleo Juvenil que Cruz Roja Torrelavega va a desarrollar en el periodo 2016-2019.

 

Este nuevo proyecto viene a dar continuidad a los programas de empleo juvenil que desde 2013 está desarrollando la entidad y que han logrado que el 56% de los 155 participantes que han pasado por ellos haya conseguido un contrato laboral. Aunque muchas veces ese empleo sea, como el mercado de trabajo actual, "precario" y "temporal", ha servido para "ponerles en la senda", devolverles expectativas y crearles un nuevo entorno social laboral y formativamente "en positivo", apuntan en la entidad.

Esos buenos resultados del programa cofinanciado por Fondos Europeos y el Ayuntamiento, dice la presidenta de Cruz Roja Torrelavega, María Eugenia Bouzas, han hecho que la asamblea haya sido beneficiaria de este programa, costeado por el Fondo Social Europeo, el ministerio de Empleo y Seguridad Social y Cruz Roja Española.

El requisito añadido esta vez es que los participantes estén inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil, y se mantiene como destinatarios a menores de 30 años en riesgo de exclusión social. Precisamente, Bouzas incide en este último aspecto, de trabajar para dar a los jóvenes formación y empleo para luchar contra la "cronificación de la pobreza" en aquellas familias donde la falta de expectativas y oportunidades se hereda.

El Programa Operativo de Empleo Juvenil se divide en dos proyectos. "Pulsa Empleo" está dirigido a la "activación, orientación y acompañamiento sociolaboral" para 52 personas, y "Formación para jóvenes de Garantía Social", para 30 participantes.

Marian Bielva coordina el primero de ellos, donde se trabaja con itinerarios individualizados de inserción, en base a las barreras y las potencialidades de cada persona. En general, dice es un colectivo "con un nivel bajo en las competencias básicas exigidas por el mercado de trabajo", con hábitos "desajustados", como la falta de puntualidad, escaso razonamiento matemático, dificultades para expresar ideas, baja capacidad de gestión del tiempo ligada a la inmediatez con que rigen su vida, o nulo uso de la tecnología (que asocian al ocio y las relaciones personales) orientada al empleo.

Por eso, el proyecto trabaja en motivar a los jóvenes, darles orientación profesional que conecte con sus intereses y les despierte una ilusión laboral, y darles asesoramiento y acompañamiento en la búsqueda eficaz a través de "alianzas estratégicas" con empresas que faciliten su transición al mercado de trabajo o su reincorporación a la formación.

Una vez que los jóvenes tienen cumplidas esas circunstancias paran al programa de "Formación para el Empleo con Jóvenes de Garantía Juvenil", que coordina Gema García, y donde se busca potenciar y reforzar la empleabilidad de los participantes "ampliando sus habilidades y capacidades tanto personales como profesionales".

Para ello, se impartirán cursos específicos de operaciones básicas de restaurante y bar y de auxiliares de cocina, de dependiente de comercio y operaciones auxiliares de almacén, y de operario de industria manufacturera, cada uno de ellos de 150 horas, de las que 100 son teóricas y 50 de prácticas no laborales en la empresa. Pero también se complementará con cursos de "competencias trasversales", como manipulador de alimentos, carretillero, PRL, carné de puente grúa, inglés, informática o coaching e inteligencia emocional.

García ha destacado que los cursos se hacen con la colaboración y asesoramiento de empresarios de los diferentes sectores y la finalización de las prácticas se hace coincidir con los periodos de máxima contratación, para favorecer la inserción de los jóvenes.

Igualmente, ha incidido en que al finalizar estos proyectos, los jóvenes participantes "no solo ven mejoradas sus posibilidades de inserción laboral, sino que han ampliado su red de contactos sociales, lo que favorece que mantengan y desarrollen las competencias adquiridas".

Todas estas acciones están enfocadas específicamente al colectivo, con acciones que capten su interés y les motiven, con cursos de no excesiva duración para evitar que se "aburran", que fomenten su autoestima y que les hagan ver el progreso. Las dos técnicos que se encargan del programa son además de orientadoras laborales psicólogas, y el resultado, destaca Cruz Roja es que apenas hay porcentaje de abandono en los programas.