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Sociedad

Los perros rescatados por los bomberos están bien de salud, aunque aún no se sabe cuál será su destino

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Los dos perros rescatados por los bomberos de Torrelavega de una casa donde habían sido encerrados y abandonados están bien de salud y recuperando peso en el centro canino al que fueron trasladados tras su liberación. Respecto a su futuro, uno de ellos irá a un refugio para esperar la adopción y el otro seguirá el mismo camino si su dueña, y presunta responsable del abandono, no aparece.

El Ayuntamiento de Torrelavega ha abierto un expediente sancionador para aclarar lo ocurrido y determinar la responsabilidad de que los animales, "Coca" y "Fibi", se encontraran en estado de abandono y encerrados en una casa deshabitada de la calle Pablo Garnica, ha explicado a HoyTorrelavega el concejal de Medio Ambiente, José Luis Urraca.

La joven responsable de los animales, uno de su propiedad y otro en adopción, está identificada aunque no responde al teléfono. Si la investigación concluye el incumplimiento de la ordenanza municipal de protección y tenencia de animales, esa jóven puede recibir una sanción de hasta 1.500 euros.

Al margen de que el expediente sancionador concluya la responsabilidad de dicha joven en la situación, ésta podría recuperar a su perro si lo reclama en el plazo de quince días, ya que según el concejal responsable las ordenanzas en estos casos no contemplan la retirada de la tutela.

Por su parte, el dueño del animal que estaba acogido, una hembra de nombre "Fibi", ha viajado hoy a Torrelavega desde Valencia, donde reside, para comprobar el estado de su perra. Aunque en un primer momento había anunciado su intención de llevarse al animal, finalmente ha decidido ceder su tutela al Ayuntamiento para su entrega en adopción, según ha explicado ante la imposibilidad de hacerse cargo del animal.

Esa misma imposibilidad es la que le llevó a acordar mediante contrato privado la cesión del animal a la joven que ahora se intenta localizar y, hasta el momento, presunta responsable del abandono de los animales. Además, el propietario de "Fibi" ha denunciado ante el SEPRONA a dicha jóven, por incumplimiento de contrato y por un delito de abandono y maltrato, ha señalado Urraca.

El veterinario presente en el rescate de los animales el pasado miércoles certificó en un primer reconocimiento que al margen del hambre y la sed que presentaban, se encontraban bien de salud, tanto "Coca", que fue recogida en el alfeizar de la ventana como "Fivi", que minutos antes había saltado a la calle, afortunadamente sin causarse lesiones.

Los responsables del Centro Canino Besaya, en Cartes, donde se encuentran desde el miércoles han confirmado que presentan un buen estado de salud y que han ganado peso, menor en "Fivi", probablemente por algún problema de flora intestinal, habitual después de varios días sin comer. Aunque, la mayor necesidad que tenían los animales cuando llegaron al centro era beber.

Los cuidadores aseguran que, a pesar de la importante situación de estrés que vivieron, que les llevó a romper una ventana y salir al alfeizar para llamar la atención con sus ladridos, incluso a arrojarse a la calle en el caso de "Fibi", se muestran sociables y alegres.

El concejal de Medio Ambiente ha querido tranquilizar a la opinión pública, asegurando que en ningún caso los animales serán sacrificados y tras el preceptivo periodo de cuarentena se les buscará una nueva familia. "Después de lo que hicieron el miércoles, se han ganado el derecho a vivir", ha enfatizado Urraca.

Los dos perros protagonizaron el pasado miércoles un llamativo episodio, al tratar de escapar del hambre y la sed rompiendo una ventana de la primera planta de la casa abandonada donde estaban encerrados. Tras acceder al alfeizar, sus ladridos y gemidos hicieron que los viandantes dieran la voz de alarma y pusieron en marcha un dispositvo de rescate en el que tomaron parte bomberos, policía y servicios veterinarios, bajo la coordinación del responsable de Medio Ambiente.

Los bomberos rescatan a dos perros encerrados y abandonados en una casa deshabitada en la calle Pablo Garnica