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Cantabria

Cantabria arranca el próximo 1 de octubre la campaña de vacunación conjunta contra la gripe y el COVID-19

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El Servicio Cántabro de Salud (SCS) comenzará a partir del próximo 1 de octubre la campaña de vacunación conjunta contra la gripe y el COVID-19 para proteger a las personas con mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de padecer ambas enfermedades. La administración de las vacunas se realizará con cita previa en los centros de salud de Atención Primaria.

 

Como novedad, este año, se ha diseñado una estrategia que favorece la vacunación, puesto que los dos pinchazos se administrarán al tiempo por "optimización y eficacia" y para conseguir la mayor tasa de vacunación posible. Además, por primera vez, Cantabria va a vacunar a los niños de entre 6 y 59 meses de edad de gripe y comenzará la inmunización de los bebes contra el virus respiratorio sincitial (VRS).

El consejero de Salud, César Pascual, acompañado de la directora general de Salud Pública, María Isabel de Frutos, y de la jefa de Servicio de Pediatría de Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, María Jesús Cabero, ha presentado hoy oficialmente la campaña.

Debido al efecto sinérgico observado entre el virus de la gripe y el SARS-Cov-2, que multiplica por dos el riesgo de muerte en caso de infección, la campaña intentará conseguir el máximo nivel de cobertura vacunal entre la población más vulnerable. Así, durante la primera quincena del mes de octubre, la campaña se volcará en vacunar a las personas internas en centros de discapacidad y residencias de mayores.

El objetivo es reducir la mortalidad y morbilidad asociadas a la gripe estacional y el COVID-19 y el impacto de estas enfermedades sobre la comunidad. Para ello, hay que proteger a las personas más vulnerables, disminuyendo lo máximo posible la incidencia en los grupos diana y contribuyendo también así a reducir el impacto sobre la presión asistencial.

A partir del 15 de octubre, se continuará con la vacunación del resto de la población, especialmente entre las personas mayores, de 60 años o más, personas de cualquier edad con condiciones de riesgo, mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación, así como personal sanitario y sociosanitario y trabajadores de servicios públicos esenciales, siguiendo las recomendaciones elaboradas por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

De forma paralela, el SCS iniciará la inmunización contra el virus respiratorio sincitial (VRS), "que todos los años provoca bronquiolitis e infecciones respiratorias que incrementan la presión asistencial, sobre todo en los hospitales". Tal y como ha recordado Pascual, el COVID-19 atenuó la presencia del VRS, que ha vuelto a tener incluso "más presencia que tenía antes, lo que puede conllevar una presión asistencial muy alta e, incluso, al colapso en los ingresos de los servicios de pediatría de los hospitales, porque la bronquiolitis se da en periodos muy cortos de tiempo, donde la infección se produce masivamente".

La inmunización, que se realizará con un fármaco y no con una vacuna, se llevará a cabo en la población "de alto riesgo de la enfermedad", es decir dos grupos de niños: los nacidos desde el pasado mes de abril y a todos los que nazcan durante la campaña y estén en el margen de los seis meses de edad.

En total, se prevé vacunar a unos 3.200 bebés, a razón de 1.600 aproximadamente, que han nacido de abril hasta ahora, y otros 1.600 que nazcan durante la campaña de inmunización. A esta cifra, ha precisado el consejero de Salud, hay que añadir otros 240 niños menores de 2 años, que son población de riesgo. Como quiera que el fármaco ya está disponible para administrar, se comenzará la inmunización de inmediato y automáticamente a todos los bebés que vayan naciendo.

En este sentido, María Jesús Cabero ha explicado que "estamos en un momento histórico para completar la inmunización de los niños". Aunque Cantabria es una comunidad que vacuna "muy bien a niños y a adultos", tenía una asignatura pendiente: vacunar frente a la gripe e inmunizar frente al VRS.

Según sus palabras "el beneficio va a ser para los niños, porque inmunizar frente a estos dos virus evita también otras coinfecciones con otros virus y bacterias. Además de evitar bronquiolitis y neumonías, ha añadido, la inmunización evita cuadros de sibilancias recurrentes o asma de lactante de los siguientes años, con lo cual "vamos a tener niños más sanos, padres que van a perder menos días de trabajo, y menos carga de enfermedad posterior".

Respecto a la vacunación infantil contra la gripe, la jefa de Pediatría ha precisado que las tasas de incidencia son más altas en los primeros años de vida, "más incluso que en los grupos de edad de mayores de 80 años". Por eso, ha añadido, si se corta la transmisibilidad de la gripe a través de los niños, que muchas veces cuidan sus abuelos, se frena la infección en toda la comunidad.

El SCS ofrece diferentes canales para que la población diana pueda optar a la vacunación. Así, las personas que cumplen criterios de vacunación pueden solicitar cita con su enfermera de referencia para ser vacunados tanto a través de la web del SCS como de la App Móvil, contactando telefónicamente con el centro de salud o de manera presencial en el servicio de admisión.

"Todas aquellas personas que pertenezcan al ámbito privado –ha subrayado Pascual- también podrán solicitar cita para la vacunación, que es universal".

Además, tal y como ha anunciado el titular de Salud, la enfermera de referencia, además de vacunar, aprovechara para repasar el calendario de vacunación del paciente, sobre todo si son personas mayores de 65 años, para quienes continúa abierta la campaña de vacunación frente al virus del herpes zóster y el neumococo. "Se trata –ha dicho- de aprovechar la ocasión para reforzar el resto de campañas vacunales".

En este sentido, tanto Pascual como De Frutos y Cabero han insistido en la importancia de la vacunación, tanto en adultos como en niños, animando a la población diana a acudir a vacunarse por "responsabilidad" y "solidaridad". "En Cantabria siempre hemos tenido tasas muy altas de vacunación de población mayor de 60 años, pero siempre hay que recordar la importancia de seguir vacunándose".

Al igual que en años anteriores, las vacunas frente a la gripe y el COVID-19 están recomendadas a partir de los 60 años y para quienes tengan 5 años o más internas en centros de discapacidad y residencias de mayores, así como personas institucionalizadas de manera prolongada y residentes en centros cerrados.

Además, se aconseja la vacunación conjunta en los menores de 60 años con enfermedades metabólicas (incluida diabetes mellitus y síndrome de Cushing), obesidad mórbida, enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística o asma.

Asimismo, entre la población diana con condiciones de riesgo figuran las personas con enfermedad renal crónica y síndrome nefrítico, hemoglobinopatías y anemias o hemofilia, otros trastornos de coagulación y hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples, asplenia, enfermedad hepática crónica (incluido el alcoholismo crónicos), enfermedades neuromusculares graves, inmunosupresión (incluyendo las inmunodeficiencias primarias y la originada por la infección por VIH o por fármacos, así como en los receptores de trasplantes y déficit de complemento), cáncer y hemopatías malignas, fístula de líquido cefalorraquídeo e implante coclear o en espera del mismo, enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria crónica o trastornos y enfermedades que conlleven disfunción cognitiva como el síndrome de Down o las demencias.

La vacunación está también indicada en mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación, así como en puerperio, es decir, hasta los 6 meses tras el parto y que no se hayan vacunado durante el embarazo.

De igual forma, las recomendaciones de la campaña 2023-2024 de vacunación incluyen a las personas convivientes con aquellas que tienen alto grado de inmunosupresión, haciendo especial hincapié en las trasplantadas de progenitores hematopoyéticos y de órgano sólido, insuficiencia renal crónica, infección por VIH con bajo recuento de CD4 (<200 cel/ml), algunas inmunodeficiencias primarias y aquellas sometidas a ciertas terapias inmunosupresoras. También se podrán incluir convivientes de personas con otras enfermedades de mayor riesgo.

Se insiste también en aconsejar las vacunas frente a la gripe y el COVID-19 en personas que por su actividad puedan transmitir estas enfermedades como el personal de centros y establecimientos sanitarios y sociosanitarios públicos y privados, así como personas que trabajan en servicios públicos esenciales para la comunidad, entre los que incluye a las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como las Fuerzas Armadas, bomberos y servicios de protección civil.

Además de todos los anteriores, se recomienda la vacunación frente a la gripe a las personas fumadoras, a los niños mayores de 6 a 59 meses de edad, así como a la población mayor de 5 años que reciba tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar síndrome de Reye tras la gripe.

En el mismo grupo se incluye a quienes tienen un alto riesgo de presentar complicaciones, como trabajadores y estudiantes en prácticas en los centros sanitarios y sociosanitarios y personas con exposición laboral directa a animales o a sus secreciones en granjas o explotaciones avícolas, porcinas o de visones o a fauna silvestre (aves, jabalíes o mustélidos), como ganaderos, veterinarios, trabajadores de granjas, cazadores, ornitólogos, agentes de medioambiente, personal de zoológicos, entre otros, por la posibilidad una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino, disminuyendo las opciones de recombinación o intercambio genético entre ambos virus.