Torrelavega

El sindicato policial APL asegura que “nunca ha existido voluntad real” en el equipo de gobierno de impedir los botellones

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BotellonAuditorio

El equipo de gobierno de Torrelavega ni tiene "voluntad real" de impedir los botellones ni pone los medios policiales necesarios para controlarlos. Así lo denuncia el sindicato APLB, resaltando que, mientras para el concierto de Los Carabelas se nombra un servicio de nueve agentes, durante las fiestas de Tanos, pese a que en años anteriores hubo "graves desórdenes públicos" y se esperaban miles de jóvenes, fueron "cuatro" policías.

 

"Hasta ahora, nunca ha existido voluntad real por parte del equipo de gobierno de impedir estos botellones multitudinarios en determinados festejos", valora la sección sindical de la Asociación de Policía Local y Bomberos de Cantabria (APLB) en Torrelavega. Los botellones, añaden, se han desarrollado "exactamente como las autoridades políticas han querido".

En el caso de las recientes fiestas de Tanos, este año el multitudinario botellón se trasladó al campus universitario.
"Se da orden de impedir el botellón y, sin embargo, se habilita una zona para su celebración; se promete públicamente actuación policial y no se dota al servicio de agentes suficientes", denuncia APLB .Ante "una trifulca grave", aseguran, hubiera sido "casi imposible que los agentes pudieran intervenir con éxito".

Respecto a las Fiestas de la Virgen Grande y el anuncio del concejal de Seguridad de que "la policía será inflexible e impedirá el botellón en el auditorio", han recordado que conforme a la Ley de Cantabria "está permitido beber en la vía pública durante las fiestas patronales", y la nueva Ley de Seguridad Ciudadana lo prohíbe únicamente "cuando perturbe gravemente la tranquilidad ciudadana". "Casi la totalidad" de las intervenciones derivadas del consumo abusivo de alcohol, peleas y altercados, incide APLB, se producen "en otras zonas donde no hay botellón".

Igualmente, la suciedad "es incluso menor" que en otros puntos, "como la zona de vinos", el recinto de ferias, el mercado de los jueves o las zonas hosteleras de terrazas. "La única diferencia es que estos lugares son higienizados a primerísima hora por el servicio de limpieza, mientras que las zonas de botellón quedan durante horas o días a la vista de la ciudadanía", han señalado.

También consideran "obsceno" el ruido en el recinto de ferias. El Consistorio "permite un nivel máximo de ruido un 63% superior al que la normativa califica como inaceptable", y aun así muchas atracciones no lo respetan, pero los agentes no pueden controlarlo porque no disponen de medidores. Un volumen "a capricho" de los feriantes e "infinitamente mayor" del que generan los jóvenes en el Parque Manuel Barquín, insisten.

APLB recuerda que la intervención policial ante el botellón únicamente estar estaría justificada "en caso de disturbios graves, con peligro para personas o bienes", y que la seguridad privada en el parque es "una medida visual", porque en caso de incidencia debe avisar a la policía.

"En unos días en los que los servicios se encuentran desbordados, los agentes de Policía Local trabajan de la forma más profesional que se les permite, sin alharacas ni teatralización, intentado que nuestras fiestas discurran con la mayor normalidad posible", concluye APLB.