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Las personas por encima de las multinacionales. No a la pobreza y la desigualdad

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CristinaBandres

En nuestra undécima Semana contra la Pobreza nos unimos a la ciudadanía mundial que sale a las calles para mostrar el rechazo colectivo a las políticas que generan pobreza, desigualdad y destrucción del medio ambiente. En Cantabria, en Europa y en el resto del mundo, mostramos además nuestro rechazo a los tratados de libre comercio e inversión que se están negociando a espaldas de la población con el único propósito de beneficiar a las élites políticas y económicas.

Cantabria se sitúa como la tercera comunidad autónoma con mayor crecimiento de su tasa de riesgo de pobreza y exclusión social en el período 2009-2014. Según el 5º informe sobre el Estado de la Pobreza de EAPN-ES, el 20,6% de la población de nuestra comunidad, 121.077 personas, están en situación de pobreza. De ellas, 20.167 sufren pobreza severa. En el conjunto estatal, el indicador AROPE (que mide la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social) ha crecido en 2014 en 1,9 puntos porcentuales hasta llegar al 29,2%, lo que supone por una parte la subida más alta desde el comienzo de la crisis y, por otra, el porcentaje de personas en situación de pobreza y exclusión social más elevado desde que se calcula el indicador. Este último año, el riesgo de pobreza y/o exclusión en los menores ha experimentado el mayor aumento de todos los grupos de edad, pasando desde el 31,9% al 35,4%.

La desigualdad no ha cesado de aumentar: en plena crisis, el número de personas millonarias ha aumentado un 13%, lo que nos convierte en el segundo país más desigual de toda Europa. Además, a escala mundial, 1 de cada 9 personas carece de alimentos suficientes y más de 700 millones viven en la más extrema pobreza. El 70% de las personas pobres son mujeres. Las 85 personas más ricas del mundo tienen el mismo dinero que los 3500 millones de personas más pobres del planeta.

El actual modelo de desarrollo genera injusticias globales y está orientado a enriquecer a minorías vulnerando los derechos humanos de las mayorías. Actualmente, las élites del capitalismo mundial están inmersas en una ofensiva de negociaciones de tratados, como el Tratado de Libre Comercio e Inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea, que únicamente favorecen los intereses de las grandes empresas trasnacionales en detrimento de los pequeños productores, consumidores y comerciantes y de la ciudadanía en general. Estos tratados tendrán un impacto muy negativo sobre el medio ambiente, los derechos sociales y los derechos laborales y aumentarán de forma irreparable el déficit democrático en todas nuestras sociedades.

Son precisamente los derechos humanos, económicos y sociales los que deben ser plenamente garantizados por las políticas públicas, haciendo frente de manera especial a tres cuestiones: pobreza, desigualdad e insostenibilidad. La persistencia de la pobreza y de las desigualdades no son justificables ni inevitables, es una cuestión de voluntad ciudadana y política. Toda la ciudadanía puede reivindicar su fin, a través de la denuncia, la movilización, la participación social o a través de nuestra vida cotidiana.

Por ello, con motivo este 17 de octubre del Día Internacional para la erradicación de la Pobreza, y de la lucha global contra los tratados comerciales y de inversión, desde la Alianza Cántabra contra la Pobreza EXIGIMOS:

-Que se apueste por un nuevo modelo económico y social que permita escapar de los mitos del crecimiento, del consumo y de la competitividad.

-Que el sector empresarial opere con escrupuloso respeto a los Derechos Humanos y ambientales, garantizando el trabajo decente y manteniendo sistemas fiscales suficientes, equitativos y progresivos.

-Que los mercados financieros sean regulados, ya que son los principales responsables del aumento de la pobreza y la desigualdad a nivel mundial, en connivencia con gobiernos y organismos como el Banco Mundial, el FMI o la UE.

-Que los Estados desarrollen políticas coherentes y consecuentes con los compromisos constitucionales, europeos e internacionales en materia de Derechos Humanos y medioambientales, y que pongan a las personas por encima de los beneficios económicos de las multinacionales.

Aterrizando estas demandas a la esfera autonómica, la Alianza Cántabra contra la Pobreza presentó un documento de compromisos durante la precampaña electoral con el objetivo de que los partidos políticos asumieran como propias las propuestas surgidas desde la sociedad civil en la lucha contra la pobreza. Estos compromisos fueron suscritos por los secretarios generales de siete partidos, tres de los cuales han obtenido representación parlamentaria: PRC, PSOE y Podemos.

Aunque valoramos positivamente la disposición de los partidos en el gobierno de dialogar con las distintas organizaciones sociales y sus declaraciones a favor de promocionar las políticas de lucha contra la pobreza, estamos a la espera de ver cómo se concretan. Tememos que los compromisos adquiridos en su momento puedan ser rebajados. En este sentido, el pasado martes, PRC y PSOE presentaron en el Parlamento como proposición no de ley el texto original de la Alianza pero con dos modificaciones importantes en relación al aumento de cuantía de la renta social básica en Cantabria y al porcentaje de ayuda oficial al desarrollo. Estos cambios, justificados por limitaciones presupuestarias, son para la Alianza un retroceso en los compromisos adquiridos por estos dos grupos parlamentarios en el gobierno.

La lucha contra la pobreza debe ocupar el primer plano de las decisiones políticas y ser uno de los ejes principales para la elaboración de los próximos presupuestos. Sin excusas y sin demoras nuestros representantes políticos tienen que hacer suyo el clamor de tantas personas que exigen un NO rotundo a la desigualdad y a la pobreza.