¡¡Entendámonos un poco, por favor!!

Torrelavega no está carente de colectivos que realizan un trabajo encomiable por el procomún (al menos no de forma comparativa), llenando la agenda de la ciudad de actividades culturales, políticas y solidarias que le otorgan a la ciudad el carácter que al menos a mí me hace sentirme orgulloso de ser parte de ella. Pero desde mi punto de vista, tenemos un problema, nos cuesta llevar este trabajo a la calle de forma común.

Desde los grupos políticos del PP y Torrelavega Sí se han solicitado sanciones contra el medio centenar de voluntarios que trabajó en la recuperación y limpieza del solar entre la calle Argumosa y Alonso Astulez, argumentando la ausencia de permisos, licencias y proyecto de seguridad así como que no se abonaron las tasas municipales. Todo ello, sin el más mínimo miedo a parecer ridículos, y esto, en parte, es porque creen que son capaces de dominar la opinión pública, se creen capaces de infundir miedo a la sociedad apretando ciertos botones.

Si comenzamos a repasar las ilegalidades que se han cometido en la Carmencita con el Centro de Empresarios no acabamos: desde especulación y corrupción urbanística hasta graves delitos en materias de seguridad, como en el caso de la retirada de Amianto.

Espacio Argumosa no es una agresión a la propiedad privada, la titularidad del solar es la misma que hace una semana, en el momento que los propietarios del solar decidan hacer uso del solar lo harán, sin importar lo que exista en dicho solar: como si a partir de ahora deciden mantenerlo ellos para uso y disfrute personal y lo mantienen limpio, la diferencia a simple vista será que la ciudad en lo mínimo, ha eliminado un espacio insalubre. Pero hay mucho más detrás de todo esto...

Espacio Argumosa es tomar la iniciativa, es ir por delante de las instituciones, es un mensaje nuevo en Torrelavega, un nuevo sistema de ocupación del espacio público y un nuevo sistema de hacer público el espacio privado.

Cualquier expresión de espontaneidad está directamente prohibida, es imposible ser legal, "como ciudadano, hay que cometer ilegalidades, para demostrar que esas ilegalidades pueden ser correctas y pueden producir un cambio de mentalidad y un cambio político".

Si se mira de forma superficial se puede pensar que es un espacio feo: no tiene adoquines de granito, bancos enormes de hormigón, esculturas de acero corten y cosas similares. Tiene todo lo contrario, tiene alma y personalidad, está recuperado con la voluntad y trabajo de los propios usuarios del espacio, con la reutilización de materiales, con compañerismo y aprendizaje colectivo, si eres capaz de verlo, verás la belleza del lugar.

Este tipo de actuaciones se ven por ciertos sectores como involuciones, pero esto no hace más que reflejar la propia mentalidad obtusa de estos entornos. Estas iniciativas surgen a lo largo y ancho del planeta y en diversos tipos de sociedades, desde Copenhague hasta Valparaiso, con un denominador común: siempre encuentran una oposición inicial reaccionaria que en la mayoría de los casos se desvanece, quedando estos espacios como pequeños oasis dentro de la "metástasis del asfalto" que sufrimos hoy en día.

Con la iniciativa se ha recuperado la propia energía del lugar, Espacio Argumosa ya estaba allí, solamente había que quitar 6 toneladas de basura para redescubrirlo, ahora el espacio se tiene que defender solo, el espacio es temporalmente autónomo y libre, veremos qué hacemos en él y con él, ahora el espacio sugiere un nuevo camino de evolución de cara a recobrar la calle.