Vie19042024

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El espectáculo no debe continuar (con animales)

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VickyCedrum

Me indigna y enfurece seguir viendo en mi ciudad circos que utilizan en su "repertorio" las actuaciones y la exhibición de animales salvajes.

Los circos con animales no son lugares divertidos. Detrás de la función, hay una realidad llena de sufrimiento y privación de libertad. Esos animales viven sometidos a cadena perpetua y a trabajos forzados para que aprendan sus trucos, y sus vidas se convierten en una auténtica tortura. Hay que añadir a eso que muchos circos son clientes de mafias dedicadas al tráfico de animales y que ese tráfico ilegal es el segundo más importante a nivel global.

 

Durante el tiempo que no participan en el espectáculo permanecen encadenados y/o enjaulados y presentan diferentes trastornos físicos y psicológicos. Muestran comportamientos estereotipados debido a sus desórdenes mentales tales como golpearse en la cabeza y auto mutilarse. Son sometidos a entrenamientos crueles que obligan por ejemplo a saltar a un tigre por un aro de fuego cuando su instinto como felino le dice precisamente todo lo contrario. Sus miembros se debilitan y sufren roturas porque permanecen atados a una cadena y encima después tienen que sujetarse a dos patas (por ejemplo los elefantes). Son disfrazados y humillados para exhibirles en una función olvidándose de que no son payasos, de que esa no es su profesión y de que ellos no lo hacen por gusto sino por obligación.

Son sometidos a un estrés impresionante cuando son transportados de una ciudad a otra en camiones que no tienen las condiciones de ventilación ni higiénico sanitarias adecuadas. Para obligarlos a hacer sus trucos, los entrenadores utilizan látigos, collares muy apretados, picanas eléctricas, barras metálicas con puntas de gancho y otras herramientas que les provocan dolor. Podría mencionar un largo etcétera de cosas que los que sentimos empatía hacia ellos y luchamos por sus derechos no estamos dispuestos a consentir.

Cuando estos animales envejecen y ya no sirven para el espectáculo, sus opciones después de la vida de tortura, maltrato y explotación que han llevado no son mucho mejores. Unos son sacrificados para que no sean un gasto innecesario, otros son abandonados encerrados en cajones sufriendo así una agonía lenta y dolorosa, los hay que son vendidos para experimentación o consumo de carnes exóticas y están también los que son vendidos como blancos de caza a individuos que pagan grandes cantidades por abatir a un animal viejo, cansado y a menudo drogado.

En nuestro país carecemos de una legislación específica que regule las condiciones de vida de los animales en los circos y aunque hemos avanzado y ya existen en España 162 municipios declarados "Libres de Circos con Animales" queda aún mucho camino por recorrer.

Quiero que mi ciudad prohíba los circos con animales ya que no concibo que una sociedad que debería avanzar en el respeto hacia ellos, permita el sufrimiento de estos animales sólo por un rato de diversión.

Además, considero que los animales del circo no son un patrón educativo para nuestros hijos; ni ético, ni pedagógico; porque no muestran el comportamiento verdadero de cada especie, sino que muestran lo que el ser humano que los domina quiere mostrar a los espectadores.

Ya existen circos sin animales y no por ello su espectáculo deja de ser vistoso, atractivo y entretenido.

Aplaudamos a los trapecistas, a los payasos, a los malabaristas, a los contorsionistas, a los acróbatas y a todas esas personas que trabajan en el circo por voluntad propia, pero dejemos fuera a los animales. Un rato de diversión no merece la pena a cambio de una vida de sufrimiento.

El espectáculo debe continuar, SI, pero SIN ANIMALES.