¿Qué nos espera a los jóvenes?

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PabloGonzalezIU

Estos tiempos de fiestas en Torrelavega me hacen reflexionar. Parece que, durante unos días, la ciudad se vuelve a llenar de aquella luz que un día tuvo. Pero, nada más allá de la realidad, estamos hundidos. A la juventud nos ofrecen estas fiestas como nuestras.

Si sois jóvenes entenderéis que esto es una broma de mal gusto. Si ya no lo sois tanto, debéis saber que, la mayoría, no somos tan vagos y superficiales como nos pintan. Pensamos en lo que se nos viene encima. Es duro ver cómo los sucesivos equipos que pasan por el ayuntamiento se ríen de nosotros.

En estas fechas, su medida estrella en nuestro favor es la de legalizar, durante La Patrona, el "botellón" en el Auditórium. ¿No es ridículo? A mí, personalmente, me duele ver cómo se olvidan de nuestro futuro. Crecemos sabiendo que vamos a tener que emigrar, que alejarnos de nuestra familia y amigos. Solo nos queda seguir preparándonos para engrosar las filas del paro. Vivimos en una ciudad ruinosa, donde el único plan de nuestros gobernantes para salir del bache es el de volver a empezar el camino que nos llevó a él.

 

El modelo de crecimiento es el del ladrillazo, la construcción de edificios emblemáticos que, según ciertas personas, traerán turismo... Se nota que sus hijos no pasarán por el mismo calvario que nosotros al terminar los estudios.

No se nos deja trabajar, eso está claro. En caso de encontrar algo, será completamente precario. Ser joven es sinónimo de tener jornadas increíblemente largas, mal pagadas y, en muchas ocasiones, ni cotizar a la seguridad social.

Ahora bien, a este movimiento orquestado por un gobierno que parece tener ganas de volver a un pasado oscuro, se le unen las grandes empresas: las principales beneficiarias de esto. Ahora ven en nosotros a ese gran ejército de reserva del que ya nos avisaron los barbudos alemanes. El modelo es muy simple: contratar y echar de la empresa antes de que termine el período de prueba.

Vale, pues estudiemos. Ah, no, que eso tampoco nos dejan; sufrimos continuas reformas educativas y recortes. En tiempos donde no hay trabajo, se masifican las aulas, problema que se ve agravado con la disminución de profesorado y de la oferta educativa. En Torrelavega, tenemos un gran ejemplo de este problema: cada vez el acceso a los ciclos formativos se vuelve más complicado y la universidad es cada vez más cara. Muchos se quedan fuera. Si no hay trabajo y no podemos estudiar, ¿qué es lo que nos espera?

Estamos hartos de escuchar que somos el futuro pero nadie se acuerde de nosotros. Frente a un porvenir oscuro, espero que seamos capaces de juntar nuestras fuerzas para convertir este modelo de crecimiento a base del despilfarro en un crecimiento sostenible, lejos de la exclusión social, y que podamos prosperar en nuestra Torrelavega.

"Si fuéramos capaces de unirnos, qué hermoso y qué cercano sería el futuro"