Cinco visitantes a la semana podrán seguir disfrutando de la Cueva de Altamira

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Cinco afortunados visitantes podrán seguir disfrutando cada semana de la Cueva de Altamira y las pinturas originales. Es la decisión "prudente" que ha tomado hoy el Patronato del Museo de Altamira: mantener las visitas experimentales, controlando el impacto de la presencia humana en las pinturas y la conservación de la cueva.

El Patronato del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira ha acordado por unanimidad asumir las recomendaciones de la Comisión de Seguimiento del Plan de Conservación Preventiva de la cueva y mantener las visitas tal y como se vienen desarrollando hasta el momento, es decir, limitada a cinco personas y dos guías a la semana.

Según ha informado el presidente cántabro y de turno del Patronato, Ignacio Diego, los resultados de los estudios científicos realizados en los dos últimos años constatan que, conforme a las condiciones y protocolos de acceso seguidos en las visitas experimentales, la presencia humana "no es significativa para la conservación de la cueva".

Diego ha señalado que estos mismos estudios concluyen que el factor principal que afecta a la integridad de las pinturas es la "pérdida de pigmento por lavado", debido a la infiltración de agua y a los posibles aportes de condensación que de manera natural se desarrollan en la cueva. Por este motivo y en lo sucesivo, el Plan de Conservación Preventiva intensificará el estudio de este aspecto.

El Patronato ha decidido igualmente que, en el marco del Plan de Conservación Preventiva, se mantengan los controles continuos de seguimiento de la cueva, que incluye el análisis de las condiciones ambientales y microbiológicas, en especial durante la realización de las visitas. En todo caso, Diego ha asegurado que las visitas con público están sujetas al mantenimiento de las condiciones de estabilidad de la cueva y podrían suspenderse si se detectase que provocan alteraciones en la cavidad.

También se ha acordado en la reunión de hoy concluir los trabajos de implantación del Plan de Conservación Preventiva, al haberse demostrado ser una "herramienta útil y eficaz" para la conservación de la cueva. Al mismo tiempo, se ha solicitado reforzar los aspectos de coordinación de los diferentes trabajos que el Plan comprende y adaptar continuamente su contenido según los datos registrados, con el único objetivo de mejorar el conocimiento y la conservación de la cueva.

Diego ha recordado que en este Plan "eminentemente científico" participan 54 investigadores "con un carácter muy diverso en cuanto a sus especialidades", que conforman cinco grupos de trabajo y cuyas determinaciones para la formulación de las visitas y para el conocimiento estricto de las condiciones de la cueva antes, durante y después de las mismas "se están siguiendo de manera rigurosa".

"Ahora, por primera vez, la cueva tiene un plan científico de conservación preventiva y un seguimiento continuo de las condiciones en todos los parámetros a medir, lo que permite tener una abundancia de datos que da tranquilidad a la hora de tomar decisiones", ha dicho.

Respecto a la posibilidad de incrementar el número de visitantes, el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, que actúa en representación del ministro Wert, ha apuntado que, pese a que en el informe de la Comisión de Seguimiento del Plan de Conservación Preventiva "se aprecia" esta opción, "el criterio asumido por el Patronato es el de la prudencia y el mantenimiento de un criterio conservador para no agregar daño a la fragilidad de la cueva".

Este criterio coincide con el de la propia Comisión de Seguimiento, tal y como ha manifestado el director del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), Alfonso Muñoz.

El protocolo de acceso consiste en una visita de 37 minutos, con un itinerario y tiempo de permanencia definido para cada zona de la cueva. Los visitantes deben portar una iluminación especial y vestir monos desechables, gorro, mascarillas y calzado, todo ello facilitado por el Museo.

En cuanto al Plan de Conservación Preventiva, se puso en marcha tras la reunión del Patronato del Museo de Altamira de septiembre de 2014. Coordinado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), el Plan define y articula la estrategia de conservación de la cueva de Altamira, que implica permanente el seguimiento y control de los riesgos que afectan o pueden afectar a este bien cultural, que es Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Para su normal desarrollo, el Patronato designó una Comisión de Seguimiento, responsable de garantizar la ejecución y permanencia del Plan, integrada por miembros designados por el Museo de Altamira, la Subdirección General de Museos Estatales, el IPCE, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Cantabria.

Por otro lado, el Patronato ha aprobado hoy que Ana Patricia Botín y Javier Botín pasen a formar parte del mismo como nuevos vocales. Concretamente, Ana Patricia Botín ejercerá como vicepresidenta, ocupando el puesto que estaba vacante tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín, y que requería del acuerdo del Patronato para cubrirse de nuevo, tal y como establecen sus estatutos.

La reunión se ha celebrado en el Palacio de Festivales de Santander y en ella han participado también el consejero de Cultura, Miguel Ángel Serna; el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Miguel Ángel Recio; subdirector general de Museos Estatales, Miguel González; los rectores de la UC y de la UIMP, José Carlos Gómez Sal y César Nombela; el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro Rábago; el director de la Fundación Santillana, Ignacio Polanco; el director del Museo de Prehistoria, Roberto Ontañón; el director del Instituto del Patrimonio Cultural de España, Alfonso Muñoz; el director del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, José Antonio Lasheras, y el director general de Cultura de Cantabria, Joaquín Solanas, que ejerce del secretario del mismo.