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¡Salud! Aprende a beber

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FelixMartinez01

El día 6 de marzo leí un artículo publicado en un periódico regional titulado "La mitad de los jóvenes de 17 años se dan atracones de bebidas alcohólicas". Dicho artículo ofrecía datos estadísticos de una encuesta estatal sobre el uso de drogas, realizada a estudiante entre 14 y 18 años. El artículo apuntaba datos significativos, como que 6 de cada 10 estudiantes se han emborrachado alguna vez. Una atracción para los jóvenes es el "binge drinking" que consiste en beber al menos cinco copas o vasos en dos horas.

El botellón cosecha un 57% de partidarios, etc. Con estos datos quiero incidir en el título de este artículo "¡Salud! Aprende a beber" y ofrecer un mensaje preventivo, siendo conscientes que el alcohol puede introducirnos en problemas serios sino sabemos beber. Saber beber es aprender a disfrutar de pequeñas cantidades; cuando la cantidad es excesiva nos introducimos en un círculo peligroso, vicioso y dependiente; este es el riesgo que corremos con la bebida compulsiva, como el "binge drinking".

 

Un consumo poco responsable de alcohol, hace que la salud corra peligro y tendremos efectos a corto o largo plazo, voy a incidir en los efectos a largo plazo por considerar son más dañinos:

El cerebro se puede ver dañado con alteraciones de la conciencia, de la conducta, degenerándose y atrofiándose.

En el sistema nervioso, se puede producir neurosis, alteraciones sensitivas, de reflejos...

En la sangre puede producirse anemias, disminución de leucocitos y plaquetas.

En el corazón puede darse insuficiencia cardiaca, alteraciones del electrocardiograma.

En el hígado es común la cirrosis hepática.

En el estómago y páncreas se dan gastritis, ulceras e inflamaciones.

En el intestino se dan trastornos en la absorción de vitaminas, hidratos y grasas.

Vivimos en una sociedad donde el consumo del alcohol, se generaliza como costumbre, parece que cuando nos juntamos tenemos que beber, pero debemos ser conscientes de los riesgos que supone hacerlo de una manera descontrolada. No quiero decir que se deje de beber tajantemente, pero sí que se aprenda a beber. Considero que se pueden poner en prácticas ideas para disminuir el consumo, y para que el efecto en nuestro organismo sea menor.

Se puede recomendar a los jóvenes, que mientras se beba lo haga con tragos más cortos, así se podrá disminuir el ritmo y beber menos. Se puede realizar alguna actividad que guste mientras se bebe, jugar al futbolín, billar, cartas, leer etc.

En cuanto a las bebidas a tomar es importante no mezclar bebidas alcohólicas, es mejor mezclar con refrescos.

Un problema importante en los jóvenes es la presión del grupo de iguales, considero importante valorar este riesgo, y dialogarlo en el grupo, seguro que hay un grupo amplio que valora estas reflexiones y las defenderá. Cuando se está en el grupo no tiene que existir problemas en rechazar las bebidas alcohólicas.

Otra recomendación es el espaciar las bebidas alcohólicas, que sería tomar una bebida sin alcohol entre bebidas alcohólicas, así se espacia y se consigue un ritmo más lento.

Termino este artículo apelando a la sociedad en general, que seamos capaces de ofrecer alternativas, para que el alcohol no sea el principal escape de los fines de semana. En anteriores artículos he presentado los centros juveniles y su dinamización de actividades como espacios educativos y alternativas al ocio o tiempo libre en adolescentes y jóvenes.