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Economía

Los trabajadores de la Planta de Fangos de Reocín dicen que la “mala gestión de MARE” y la reforma energética les dejan en la calle

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"La mala gestión por parte de MARE" y la reforma energética. Los trabajadores de la Planta de Fangos de Reocín tienen claro que son los dos factores que en unas semanas habrán dejado en la calle a una veintena de personas, cuando se haga efectivo el cierre de la planta, que según la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria produce unas pérdidas en torno a los cuatro millones de euros anuales.

En la planta ya solo continúan trabajando diez operarios de Valoriza, la empresa que tenía adjudicado el tratamiento y secado térmico de los fangos provenientes de las depuradoras cántabras. Serán despedidos en cuanto concluyan las labores de limpieza y acondicionamiento de las instalaciones para su entrega a la Consejería. En el mejor de los casos no cumplirán septiembre en su puesto, y seguirán el camino de otros diez compañeros, que a lo largo del mes de julio han sido despedidos

Todo ha sido muy rápido porque antes del 1 de julio nada hacía pensar a la plantilla que hubiera problemas y Valoriza tenía un contrato de adjudicación de diez años, del que ni siquiera se han cumplido siete. Sin embargo, el último camión con fangos entró a finales de junio, y desde entonces la actividad ha ido finalizando, hasta que la Planta de Secado Térmico de EDAR ha parado completamente.

El más joven de los trabajadores que quedan tiene 32 años –la media de edad no es alta-, el mayor 60. El consejero de Medio Ambiente, Javier Fernández, con el que se han reunido, descarta cualquier posibilidad de subrogación, y su empresa, filial de Sacyr, les confirma que "el 95% no tenemos recolocación y para el 5% restante está muy difícil, y de haber algo, sería en Sudamérica", han señalado a HoyTorrelavega.

"El consejero nos ha dicho dice que tiene el deber moral cerrar la planta por las pérdidas que genera; nosotros nos preguntamos si con los trabajadores no tiene ningún deber moral", se quejan los operarios de la Planta de Fangos, cuyo proyecto se inició en 2007, aunque el arranque se produjo en 2008.

Aunque el Gobierno de Cantabria culpa de la situación al Ejecutivo anterior, PSOE-PRC, en opinión de los trabajadores ha habido una "mala gestión" de la empresa MARE, dependiente del Ejecutivo cántabro, "desde la forma en que hizo los contratos hasta ahora" y la puntilla la ha puesto "la reforma energética del Gobierno de España del PP", que ha hecho que la producción de electricidad aprovechando el proceso térmico de secado no sea rentable y que muchas empresas hayan tenido que cerrar.

Según han explicado a HT, el proyecto inicial contemplaba que Valoriza, que participó en la construcción, gestionará tanto la parte del negocio eléctrico como la del tratamiento y secado de los lodos de las depuradoras. Pero MARE "fue egoísta" y se quedó con la producción de energía, que entonces era "la parte bonita", la que daba dinero", dejando a Valoriza solo el secado.

Ahora el negocio eléctrico es deficitario y "ya no interesa" y por eso se cierra la planta, cuando, creen los trabajadores, "si se hubiera dado a nuestra empresa, el problema sería ahora de ella, y probablemente lo arreglaría bajándonos el sueldo o con otras medidas, pero sin echarnos".

Otra cuestión que se plantea ahora es qué ocurrirá, "que está ocurriendo ya" enfatizan, con los fangos de las estaciones de tratamiento y depuración de aguas. Los trabajadores lo tienen claro: "se están limpiando los ríos para manchar el prado"; tratar y secar una tonelada de lodos cuesta unos 300 euros, "tirarlos en un prado cuesta 13".

Un coste que, matizan, se encarece porque la planta no ha llegado nunca a su nivel óptimo de producción. Las instalaciones están preparadas para tratar unas 50.000 toneladas anuales, pero no ha pasado de las 20.000. Del mismo modo, planteada inicialmente con cinco líneas de tratamiento, dos para fangos y tres para purines, nunca desarrolló esta segunda parte.

Llegados a este punto, los trabajadores reconocen que no tienen "ninguna expectativa" de que aparezca una solución. "¿Qué vamos a hacer, somos diez, si no hacen caso a los quinientos de Sniace, qué caso nos van a hacer a nosotros", plantean resignados.

La Planta de Secado Térmico de Fangos se inauguró en abril de 2007 y supuso una inversión de 25 millones de euros. Con capacidad para tratar 52.500 toneladas al año, procedentes de una docena de depuradoras cántabras, el secado de los lodos permitía su uso como fertilizante, evitando que los residuos se depositasen en los vertederos y consiguiendo el aprovechamiento térmico de unos motores que generaban energía eléctrica, inicialmente para exportarla a la red y obtener ingresos.