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Economía

Los encerrados en Sniace mantienen el “animo” y la convicción de que hay que dar esta “última batalla”

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Preocupados pero con ánimo, y sobre todo con la convicción de que "hay que dar esta última batalla". Los trabajadores de Sniace encerrados en la fábrica afrontan la segunda jornada con energía y agradeciendo las muestras de apoyo que están recibiendo, mientras esperan que los administradores concursales entiendan que el aplazamiento del juicio en la Audiencia Nacional es necesario.

La cara amable y solidaria del encierro la ponen los apoyos, las entregas de agua, leche, galletas, hasta caramelos, entregados por diferentes establecimientos, colectivos y ciudadanos, como las rosquillas que ha llevado una trabajadora de Konecta, la plantilla con la que Sniace compartió tantos meses de lucha y que no ha querido olvidarse de sus compañeros de movilizaciones.

Sin embargo, la parte dura la ponen situaciones como la de un trabajador que este jueves por la noche tenía que abandonar el encierro tras ser avisado de que su padre había sufrido un infarto. Y es que las familias que esperan fuera son las que más sufren la situación, hasta el punto de que muchos de los encerrados intentan ocultar el encierro a sus padres, suegros, abuelos... para evitar preocupaciones.

Dentro de la fábrica, los encerrados hacen lo posible para adaptarse y en las primeras horas han limpiado los espacios donde vivirán el encierro, y han hecho reparaciones para tener luz y agua caliente. Sin lujos, pero al menos con unas condiciones mínimas para afrontar el encierro.

Este jueves, en el que el sol no ha acompañado hasta entrada la tarde, los trabajadores han colocado en los depósitos de la sección de madera una gran pancarta con el lema "SOS", visible desde la autovía por los miles de vehículos que en estas fechas de Semana Santa pasan por las carreteras cántabras. También han izado una bandera republicana en los mástiles situados frente a la entrada principal de la factoría.

La entrada este miércoles de unas 200 personas en la fábrica de Sniace dispuestos a luchar para que los administradores acepten aplazar la vista en la Audiencia y negociar una salida que no aboque a la fábrica a la liquidación ha sido, según el secretario del comité, una respuesta "muy positiva" y "mayor de lo esperada", dado el cansancio que arrastra la plantilla después de 16 meses de lucha.

Pérez Portilla cree que la última reunión con el presidente de Sniace, en la que el propio Blas Mezquita confirmó que el juicio en la Audiencia Nacional acercaba a la empresa a la liquidación, ha impulsado a muchos trabajadores a encerrarse como medida "límite".

En este sentido, ha recordado que hasta el presidente de Cantabria, Ignacio Diego, ha reconocido que es necesario un aplazamiento para negociar, en unas declaraciones que ha agradecido. Al igual que ha agradecido "parte" de las declaraciones del consejero de Industria, Eduardo Arasti, las relativas al aplazamiento, porque ha insistido que el Plan de Viabilidad, "no es ahora la prioridad, es secundario".

El comité ha reiterado que lo urgente es "salvar la situación laboral y que Sniace no se liquide", si eso se consigue llegará el momento de hablar de otras cosas, como un Plan de Viabilidad o un Plan de Pagos. "Pero si el día 22 la Audiencia Nacional falla la nulidad de los despidos la empresa irá a liquidación y ya no habrá más que hablar", ha subrayado el portavoz sindical, añadiendo una vez más que la prioridad es "arreglar la situación judicial".

Los encerrados continúan recibiendo visitas de formaciones políticas, y si durante la mañana y tarde del viernes eran los representantes de PRC y PSOE los que se acercaban a la fábrica a dar su apoyo, a medianoche medio centenar de personas respondían a la convocatoria de ACPT y se desplazaban desde la Plaza Mayor de Torrelavega hasta la entrada de Sniace, para transmitir su solidaridad a los trabajadores.

Al mismo tiempo, sindicatos y colectivos sociales preparan la manifestación convocada para el próximo lunes, a las 19.30 horas, que desde la Plaza Mayor realizará el recorrido inverso al que durante el último año han venido realizando casi cada viernes los trabajadores de Sniace para denunciar su situación, y acabará en la fábrica, para mostrar el apoyo de la ciudad a la plantilla.